No soñé con este blog

Pero he soñado mucho. Parece que. hay forma de recordar estos sueños me dicen, entonces, trataré de recordar los sueños que mas pueda y ponerlos por aquí, se aceptan comentarios y sugerencias


Trataré de contarlos en prosa, en verso y también en el incomprensible idioma de los sueños..así que si se aburren, no hay obligación de quedarse
Bienvenidos entonces al mundo de mis sueños

Friday, March 27, 2015

Vamos a dar una vuelta en la lluvia

¿Cómo es capaz la mente de guardar tanta información y, transformarla después? Supongo que eso tiene una buena explicación científica, pero aún así tratar de imaginarlo me parece magia. Tanta magia dentro de nuestra cabeza...


Ese sábado me levanté y me vi al espejo. Como todos los días, tenía pocas ganas de "arreglarme".
Al fin y al cabo no tengo arreglo, ni por fuera, ni por dentro. Así que tomé mi cabello sospechosamente largo y lacio y lo amarré en una trenza desabrida desde la nuca. Esa misma trenza que lucía mi abuela desde los 50 hasta su muerte, fue como verla en el espejo de nuevo.
Y ¿por qué parar ahí? Ese buso gris que no esconde lo que uno quisiera pero cubre lo que favorece, estaría bien. Con una falda amplia y hasta los tobillos. Nada ajustado, ¿para qué?. Y los zapatos; esos horribles de la infancia, con la punta chata y la caña alta para mis pobres pies chapines.
Llovía gris, como llueve siempre en mi ciudad, y decidí salir porque estaba sola en la casa y me aburría.
Acostumbrada a la indiferencia de la gente, mi aspecto le daba más intención de lo habitual.
Entré a la galería, esa que tanto me gusta, llena de pequeños artículos inútiles y pintorescos, de brillos y formas tan ajenos unos a otros que terminan siendo armonía y me distraje en esas vitrinas y estantes llenos de esas cosas absurdas, pensando en cuánto se parecían esas galerías a mi propia cabeza.

La lluvia y la ciudad llenaron mis zapatos de barro gredoso hasta los tobillos, firmando por todas partes con mi sello de descuido y torpeza.  Después de caminar un rato, decidí sentarme a escribir esta entrada, y encontré una tableta en el morral de lana.   Así que al mejor y más trillado estilo bohemio, busqué el café caliente y amargo, y mis cigarrillos para empezar.

Pero llegó el odioso guardia y me tomó del brazo sin decirme nada, y me llevó a la escalera. Me arrebató de mala manera la tableta y simplemente me preguntó qué más me había robado. En el susto y el asombro solo atiné a llorar, y entre sollozos explicarle que no me había robado nada y que.me dejara ir. Sin contestarme, dio vuelta y subió por la escalera, diciendo para sí que odiaba a todo el que lo creía idiota, que como se me ocurría pensar que iba a pasar desapercibida, si todo en mi aspecto gritaba que solo era otra gitana ladrona. Lloré hasta despertarme. Aún faltaba otra hora para el amanecer, pero temí dormirme de nuevo para saber en qué terminaba la historia, aunque al final, eso se supone que solo ocurrió en mi cabeza.
 Mi última idea antes.de volver, es que por alguna razón en sueños, no me salen los gritos de auxilio.

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